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Can Joan de s'Aigo

Plan para una tarde: dónde tomar el mejor chocolate caliente de Palma

escrit perEs Príncep / febrer 12, 2024

​¿Qué mejor plan puede haber para una tarde, que tomar el mejor chocolate caliente de Palma? Se puede acompañar con una ensaimada, un cuarto, un trozo de gató… En ​Es Príncep nos encantan los largos paseos por el casco antiguo de Ciutat, disfrutar de los escaparates de lujo por Jaime III y pararnos en una chocolatería centenaria, que guarda historia y tesoros varios en su interior. ¿Entramos?
C’an Joan de S’Aigo, el inicio de una dulce historia
Joan de s’Aigo era un joven bastante intrépido y con una exultante visión comercial que, a principios de siglo XVIII reclutaba hombres para recoger nieve en la sierra de Tramontana y guardarla en las casas de nieve, que aún se pueden visitar y que salpican las montañas más altas.

La nieve se transformaba en panes de hielo que duraban hasta el verano. Joan de S’aigo lo servía en su pequeño​ establecimiento de Palma, pero un día se le ocurrió una idea: aprovechar el agua helada y mezclarla con zumo de frutas. ¡A los palmesanos les encantó este primer granizado!

Joan no tardó mucho en dar con la fórmula de uno de los primeros helados que se elaboraron en Mallorca: el helado de almendra. Y una cosa llevó a la otra y el negocio no tardó en ampliarse y servir, también, horchata y chocolate caliente con ensaimadas.

De esta manera se convirtió en una de las primeras chocolaterías al uso de Europa.

El paso del tiempo trajo también la creación de los diferentes tipos de helados y pastas más tradicionales. Y como C’an Joan de s’Aigo fue evolucionando con la ciudad, en Palma se convirtió en una tradición ir a tomar chocolate con ensaimadas tras la ​misa del gallo, o un helado tras la del Corpus.

Cuartos, gató, cocas de patata, cremadillos…
Con chocolate caliente en invierno o con helado en verano. Cualquiera de estos pastelitos es ideal para una merienda o un desayuno en C’an Joan de s’Aigo. La carta incluye más dulces, y toda una selección de salados, eso sí, típicos mallorquines.

Un cuarto es un bizcocho muy esponjoso que se elabora con sólo tres ingredientes: huevos, azúcar en polvo y maicena, o fécula de patata. Es muy ligero y de sabor suave, y acompaña muy bien bebidas dulces, calientes o frías.

La coca de patata es muy conocida. El mejor lugar para probarlas es Valldemosa, pero, dado que Joan de s’Aigo era de este pueblo, es bastante probable que sus cocas también provinieran de allí.

Por su parte, el gató es un delicioso postre elaborado con almendra, huevos y azúcar, además de la rayadura de un limón. Difiere mucho del cuarto, ya que el gató es más espeso, jugoso y compacto.

Los cremadillos son unos maravillosos pastelillos de hojaldre rellenos, o bien de sobrasada, una delicia, o de chocolate, cabello de ángel, crema, confitura… Para degustar despacio y en muy buena compañía.

Actualmente C’an Joan de S’aigo tiene ​tres establecimientos en Palma en los que la magia del principio sigue presente y se nota, sobre todo, en el aroma que impregna el aire y que mezcla y confunde los más deliciosos sabores

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