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Tradiciones mallorquinas

Vive una Nochebuena Mallorquina

escrit perEs Príncep / desembre 18, 2023

​Cada familia tiene sus propias tradiciones navideñas. Algunas se comparten con todo un pueblo, una comunidad autónoma, o un país. En Mallorca, los pueblos no dejan que las costumbres se olviden, y grandes y pequeños las disfrutan, especialmente en Nochebuena.
Costumbres y tradiciones mallorquinas de Nochebuena
Una de las costumbres más arraigadas en Mallorca, aunque poco conocidas es la de la leche de almendras. No se trata de ninguna modernidad del veganismo -aunque se acerca- ni de la pasta dulce que se puede encontrar, en botes, en cualquier supermercado.

La llet d’ametlla -leche de almendra- de Nochebuena es típica, especialmente, del pueblo de Santa María, donde los frailes Mínimos la popularizaron a finales del siglo XVII.

La orden del convento de los Mínimos practicaba la abstinencia y eran vegetarianos, así que empezaron a producir leche de almendra para su propio consumo. Días antes de Navidad, los frailes ponían su molino a disposición de los habitantes de Santa María y pueblos de los alrededores para que molieran sus almendras crudas y obtuvieran la materia prima para hacer esta bebida.

La leche de almendra es una bebida muy sencilla. Se prepara con el líquido que se genera tras moler las almendras, que se hierve con azúcar, limón y canela. Se tomaba después de la misa del gallo, caliente y acompañada de cocas de Navidad.

Y una tradición gastronómica nos lleva a otra: las cocas de Navidad son muy típicas en los pueblos mallorquines y también se toman en Nochebuena, para acompañar, habitualmente, una taza de chocolate caliente.

No hay que confundirlas con las cocas de patata, ya que básicamente… en la masa no llevan patata. Se elaboran con huevos, azúcar, manteca, harina de fuerza, levadura y semillas de anís, que le dan el sabor tan característico y que muchos han relacionado, durante años, con la Nochebuena en Mallorca.

La misa del gallo y La Sibila
Son el centro de las celebraciones navideñas. La misa del gallo es la que se celebra el 24 de diciembre. Anteriormente tenía lugar a las 12 de la noche, de ahí la necesidad de tomar, después, un tentempié como la leche de almendra con cocas de Navidad.

La modernidad y la necesidad de estar en casa más temprano ha llevado a muchas parroquias a celebrarla a horas menos intempestivas.

La misa del gallo mallorquina no tiene razón de ser sin ​el canto de La Sibila, que en el año 2010 fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

El canto de la Sibila es una de las tradiciones navideñas más antiguas. Su temática gira en torno al Juicio Final, un poema que procede del mundo clásico y que se empezó a interpretar con melodía gregoriana por toda Europa en el transcurso de la Edad Media.

Durante la época de la Contrarreforma, el Concilio de Trento (siglo XVI) la prohibió por considerar que no era adecuada para una celebración religiosa. Así que se enviaron cartas a todos los puntos de Europa para anunciar que ya no podía cantarse, y menos durante la misa de Nochebuena. Pero parece ser que dos cartas, según cuentan algunos expertos, no llegaron a destino: una, la de Alguer y otra, la de Mallorca, de tal manera que en ambos sitios se continuó cantando La Sibila hasta la actualidad.

Un hecho sumamente afortunado, ya que, de lo contrario, esta tradición de Nochebuena se habría perdido en el olvido.

La Nochebuena y la Navidad también vienen acompañadas de una gran cantidad de tradiciones y costumbres gastronómicas. ¿Las conoces? Te invitamos a hacerlo en ​esta entrada.

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