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Primavera en Mallorca

Primavera en Palma

escrito por Marta Pérez / marzo 25, 2019

Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!’

La primavera marida bien con casi cualquier cosa. Primavera y poesía, primavera y alegría, frutos, campos y flores, humor y amor. La primavera, con su explosión de color y de calor, tiene la virtud de sacudir ciudades y habitantes. Una especie de despertador natural capaz de desperezarnos del (largo) letargo del (corto) invierno mallorquín. Nos sacude, nos activa y nos invita vivir la vida a pie de calle.

Palma, que es una ciudad increíblemente bonita los 365 días del año, en primavera adquiere un brillo especial. Una especie de rubor propio del primer amor. Ese brillo del que no quiere ni puede disimular su enamoramiento.

Las terrazas vuelven a llenarse de gente con ganas de sol, el mar vuelve a invitarnos a mecernos entre sus olas y Palma vuelve a lucir desenfadada y brillante con esa luz que cada día tarda más y más en irse a dormir.

La primavera trae con ella la calidez y, los locales y los (pocos) turistas que descubren Palma, conviven en espacios al aire libre. La isla de la calma, que está más en calma que nunca, ofrece su mejor cara para todo aquel que quiera recorrerla.

Pasear sus calles, recorrer su historia y su cultura antes de que empiece la vorágine estival es de lo más recomendable. Los patios del centro de la ciudad se engalanan y se llenan de poesía, música y pausa. Las playas acogen a los primeros valientes que se atreven a zambullirse en el agua y Palma abraza a todo aquel que quiera mimarla.

Primavera en Palma de Mallorca

Desde Es Príncep, confesos enamorados de la ciudad en esta época del año, os queremos hacer una serie de recomendaciones que os harán disfrutar al máximo de todas las opciones que ofrece Mallorca:

- Un buen desayuno al sol de la terraza de Es Príncep, un paseo matutino en bicicleta hasta el Portixol y un chapuzón en el mar aún en la calma que reina por la mañana.

- Paseo por el casco histórico de Palma: la imponente Catedral, el Palacio Real de la Almudaina y el castillo de Bellver. Los Baños Árabes, la lonja y los jardines del Parc de la Mar. Piérdete y no dejes que te encuentren.

- Súbete en un tren de madera de 1912 y llega hasta Sóller. Una vez allí, el puerto te acogerá y te regalará una comida memorable.

- Recorre algunas de las playas del sur de la isla, Ses Covetes, por ejemplo, y date el primer baño de la temporada. Nada mejor para acabar el día que con una paella al lado del mar.

- Visita Valldemossa. Piérdete por sus calles, sus rincones y su historia y date un homenaje merendando una de sus famosas coques de patata.

- El broche ideal para acabar un día ideal: ver el atardecer desde el mirador con vistas a Sa Foradada.

Disfruta de Palma, piérdete por sus calles de día y de noche, callejea, descubre y recuerda que, como dijo Pablo Neruda, nadie es capaz de detener la primavera. Y menos en Palma. 

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